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Foto del escritorIsabel Cuervo Administrador

EL ELN NO ES DESLEAL, ES CRIMINAL

Febrero 13, 2024.


Columna Editorial.

Por: Isabel Cuervo.

 

Desde el estruendoso desgobierno de Gustavo Petro aseveran que el ELN es “desleal”, por violar el alto al fuego acordado, para permitirse continuar aterrorizando al pueblo.

 

El alto comisionado para la Paz de Colombia, Otty Patiño, lamentó la “deslealtad” del Ejército de Liberación Nacional (ELN) porque decretó, la semana pasada, un “paro armado” por tiempo indefinido; cuando tan sólo unos días atrás este grupo delincuencial y el gobierno de Petro habían acordado continuar el “alto al fuego” firmado en la sexta ronda de negociaciones, en La Habana.

 

Pero el papel y la puesta en escena en Cuba, dista mucho de la realidad en las veredas.

 

La semana pasada, la narco-guerrilla del ELN aseguró que había presencia de paramilitares en varios municipios del departamento del Chocó y anunció que por ello llevaría a cabo un “paro armado” en la zona; lo que se traduce en bloqueo de rutas, caminos, veredas, amenazas y terrorismo a la población que pretenda salir de sus casas, así como licencia para cometer sus acostumbrados ataques, secuestros o asesinatos contra militares y civiles.

 

Ante este exabrupto bien vale la pena volver al análisis aplastantemente lógico.

Sr. Otty Patiño, Comisionado de lo que insisten en seguir llamando paz: el grupo delincuencial ELN no es desleal, es criminal. Y el señor Patiño lo sabe muy bien. 

 

No podría la realidad cotidiana ser mas clara con los hechos que, al parecer, muchos dentro del gobierno de Petro pretenden desdibujar. Pero para entenderlo, sólo basta recordar que Patiño fue miembro fundador de la tristemente célebre guerrilla del M-19, la misma guerrilla que secuestró, asesinó y aterrorizó colombianos durante dos décadas, desde 1974. La misma guerrilla en la que militó Petro, la misma guerrilla que quedó plasmada en los principales diarios del mundo cuando se tomó a sangre y fuego el Palacio de Justicia de Colombia, en 1985, generando un Holocausto de más de 28 horas de horror con la Corte Suprema en llamas, mas de 350 rehenes en manos de quienes se hacían llamar los Robin Hood de Colombia y dejando un saldo de 101 muertos, entre magistrados, militares, policías y civiles.

 

Según versión entregada a la Comisión de la Verdad por el sicario del cartel de Medellín, Jhon Jairo Velásquez, alias ‘Popeye’ y el paramilitar Carlos Castaño; el capo narcotraficante Pablo Escobar habría financiado la toma del Palacio con 2 millones de dólares, con el fin de evitar la aprobación del tratado de extradición a los Estados Unidos, que estaba siendo evaluado por la Corte Suprema de Justicia.

 

Pero como los tentáculos de la delincuencia se extienden y se mueven bien a lo largo del tiempo, décadas después fueron a prisión varios militares que lucharon por la recuperación del Palacio y la Democracia, mientras varios criminales probos han ido llegando al poder, en otras formas de toma, otras formas de lucha. 

 

Hoy Petro, del M19, está sentado en el palacio presidencial, decenas de criminales de la narcoguerrilla de las FARC ocupan puestos en el Senado y personajes como Otty Patiño, reciben venias internacionales ostentando el insólito titulo de Alto Comisionado para la Paz.

 

Sr. Otty Patiño, ELN no es desleal, es criminal. Tal vez desleal con sus iguales ideológicos con quienes firma acuerdos, protegidos en territorio cubano, pero claramente criminales para los colombianos.

 

El Ejercito de Liberación Nacional o ELN, no solo es el grupo guerrillero de izquierda más grande de Colombia, sino que lleva asesinando, secuestrando y masacrando civiles, policías y militares desde 1964. Todo esto mientras, a lo largo de todos estos años, ha recibido guía, lineamientos, soporte e inspiración de la cúpula dictatorial cubana, sobre cómo pelear la guerra de guerrillas y subyugar pueblos bajo el efectivo discurso de la “buena izquierda” latinoamericana.

 

A este prontuario delincuencial, el ELN le ha sumado el tráfico de drogas en las ultimas décadas.

En un hecho reciente, la Guardia de Finanza italiana, en colaboración con la Policía colombiana, la Agencia de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos y la Guardia Civil española en operación conjunta, confirmaron que el ELN introdujo 700 kilos de cocaína en Europa a través de la región de Calabria, en el Sur de Italia, en septiembre pasado. El alijo de cocaína incautado fue valorado por la Guardia de Finanza italiana en 80 millones de dólares.

 

Esta operación transnacional contra el crimen arroja una evidencia mas sobre los millonarios y rentables negocios de narcotráfico que lleva a cabo el ELN, mientras se vende a ojos del mundo como una guerrilla que busca justicia social.

 

Y es que mantener el nombrete de “guerrilla”, es muy importante, porque bajo la imagen de defensores del pueblo o generosa izquierda solidaria, todo se puede. Máxime, si se les defiende desde organismos transnacionales, en anuencia con grupos de “derechos humanos”- especialmente europeos-, amantes trasnochados de discursos izquierdistas-socialistas-comunistas, pero que jamás han vivido bajo el yugo de dichos paralogismos.

 

Desde las filas del partido Demócrata en los EE. UU. no se quedan atrás. La representante Alexandria Ocasio Cortez, junto a otros camaradas de similar ideología, estuvieron en agosto pasado estrechando manos y lazos con Petro en Colombia.

 

La delegación, que incluyó junto a Ocasio Cortez (D-NY), Joaquin Castro (D-TX), Nydia Velázquez (D-NY), Greg Casar (D-TX) y Maxwell Frost (D-FL), a la jefa de gabinete del Senador Bernie Sanders (I-VT), Misty Rebik, también visitó Brasil y Chile, y se mostraron igualmente muy satisfechos y sonrientes con las políticas de Lula da Silva y Gabriel Boric.

Ni un solo país latinoamericano liderado por el centro o la derecha fue incluido en la gira.

 

De esta manera políticos de Estados Unidos y Europa van dando su espaldarazo a izquierdistas, socialistas o “progresistas” anti progreso, que en la realidad producen un retroceso en derechos civiles y humanos alcanzados, algunos de la mano de grupos del crimen organizado.

 

Ejemplos bajo la administración de Joe Biden, sobran:

Nicolás Maduro ha coronado éxitos renombrables con la liberación de los narcosobrinos y la devolución de su testaferro Alex Saab.

Lula da Silva, un expresidiario por cargos de corrupción que solo fueron desestimados por un tecnicismo legal es aupado por los progresistas estadounidenses. Es decir, quedó libre por un fallo técnico en la interposición de la denuncia, pero no por que no hubiese cometido delitos de corrupción, pero vamos, eso son sólo detalles. 

Con Petro, por su parte, en menos de 2 años en el poder se ha logrado vislumbrar, con acciones y hechos, lo ligado que está a la practica de la corrupción, la recepción de dineros en bolsas y se investiga el ingreso de millones del narcotráfico a su campaña presidencial, pero los progresistas ven en él un líder de las Américas.

 

El cambio llegó, sin duda, pero para vivir sabroso sólo los circundantes a la familia Petro.

La vicepresidente Francia Marquez ya pasó a la historia con su insolente respuesta de “de malas”, cuando se le interpeló por utilizar helicóptero casi a diario para ir de su oficina a su casa.

La esposa de Gustavo Petro, Verónica Alcocer, también marca un hito importante en la historia de los gastos de dinero publico destinados a derroches personales, como los que se hacen bajo el petrismo en maquillista, acompañante personal, fotógrafo, peluquero y hasta masajista.

 

Esas son las maneras de proceder de los “progresistas” que aprendiendo muy bien de los maestros del Caribe, los Castro, ejecutan magistralmente aquello de vender socialismo y practicar individualismo. Opulentos y felices se van adueñando igualmente de los discursos de igualdad, paz y progreso, que nunca llega.

 

Así que en medio de este sketch teatral de “diálogos de paz” con el ELN que se llevan a cabo en el set de la isla de Cuba, no se puede culpar de desleales a los camaradas del ELN. 

Ellos, al fin y al cabo, están haciendo lo que llevan haciendo desde hace mas de medio siglo, delinquiendo, asesinando y traficando droga.

 

Esperar lealtad de criminales es un acto de: inocencia suprema o de mentira falaz. Y aquí no hay nadie engañado, aquí ya todo el mundo sabe cómo funciona el negocio. 

Total, las víctimas mortales no las ponen las cúpulas, sino los pueblos y no sólo el colombiano.

 


Isabel Cuervo, periodista de investigación y columnista.

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